martes, 4 de noviembre de 2008

Escuelas Integrales, modelo educativo alterno para el país



Alfredo Martínez Martiñón

Fotografía: Alejandro Hernández


◙ Espacios de análisis de la realidad, de desarrollo de habilidades de alumnos, de convivencia y vínculo con padres de familia y la comunidad.


Son las 10:15 de mañana y en el espacio que sirve de comedor en la Escuela Integral de Educación Básica (EIEB) “Ricardo Flores Magón” de Zacapu se observa a alumnos y maestros desayunando y conviviendo. Afuera, en tanto, hay algunos estudiantes lavando su respectivo utensilio utilizado minutos antes, en tres tinas: una para enjuagar los trastes, la segunda con jabón y estropajo, y la última con agua sola; al terminar este proceso, dejan el correspondiente plato, cuchara o taza en un lugar especial.


Desde pequeños les fomentan la responsabilidad de la cooperación

El anterior es uno de los dos recesos para probar alimentos, preparados en la misma escuela, que a lo largo de las casi ocho horas de labor educativa se instituyen en la escuela, los cuales también sirven como espacio de socialización entre los escolapios y sus maestros, desde la primera fase hasta la doceava, pues aquí hay clases desde preescolar hasta secundaria, por lo que se ve lo mismo a niños de cuatro años que a adolescentes de 14.

En el comedor, la convivencia entre estudiantes y maestros

Los grados tradicionales se llaman fases; las tres primeras son de kínder, las siguientes seis de primaria -de la cuarta a la novena-, y de la décima a la doceava tocan a la secundaria. No es ése el único cambio. Los salones tienen una forma hexagonal donde los alumnos no se sientan en filas, sino alrededor de esa área, y el maestro al frente, de manera que todos puedan verse y participar en las clases.

A partir de las ocho de la mañana da inicio la jornada educativa, con una mística o activación física en la que participan los 170 alumnos, 13 maestros y dos empleados (uno administrativo y una encargada de la cocina). Dura 20 minutos y tiene el propósito de “que haya disposición de los estudiantes para el trabajo, porque a veces llegan adormilados y van directo al salón de clases, y la idea es que empiecen a activar todos los sistemas y aparatos de su organismo con este ejercicio, e irlos preparando a que estén atentos a su entorno para ayudar a desarrollar la práctica pedagógica”, explica el coordinador de la EIEB de Zacapu, Armando Estrada Guillén en entrevista con Michoacano.

Después van a tomar clases hasta las 10:00 horas; enseguida viene un espacio para el desayuno y convivencia hasta las 10:50. Luego más clases, y de las 13:20 horas a las 14:10, espacio para la comida, con el mismo procedimiento en el que todos lavan los trastes utilizados. Culminan las actividades diarias, de lunes a viernes, con los talleres, de 14:50 a 15:50 horas, aunque pueden iniciar desde las dos de la tarde.

Sobre esto último, hay talleres de desarrollo humano, y productivos, que se van rolando por días. En los primeros se imparte la enseñanza de danza, teatro, rondalla, pintura, música, poesía, juegos de mesa y juegos tradicionales (yoyo, balero, trompo, canicas), mientras que en los otros se instruye en herrería, fabricación de tabicón, horno para elaborar pan, costura, lectura y redacción, agricultura orgánica, huerto escolar, y crianza de aves; los dos últimos aún sin operar, pero la intención es echarlos a andar en los próximos meses.


fabricación de tabicón

Éstos se encuentran abiertos a todos los estudiantes, a partir de la segunda fase, y previamente a cada uno se le da a elegir entre las distintas opciones, aunque pueden cambiar a otros en cualquier momento.

Además, hay otra clase de tecnologías domésticas que se da de la segunda a la doceava fases, donde elaboran alimentos o artículos de limpieza y aseo personal, como gel para el cabello, con ingredientes al alcance de cualquier persona en su casa, mezclados con la enseñanza teórica respecto a las medidas y operaciones a utilizar. En la mañana del martes 28 de octubre, dos alumnas de la décima fase o primero de secundaria, asesoradas por la maestra Dolores Carrillo Medina, elaboraron donas que más tarde ofrecieron a la comunidad de la escuela, cuyo venta en dinero va hacia la misma institución.


Precisamente con el huerto escolar, la crianza de aves y la elaboración de pan en su horno, próximo a terminar de construirse, pretenden utilizar esos productos en apoyo a la escuela para las comidas, por ejemplo, así como en la elaboración de tabicón y el taller de herrería, aprovechar esos materiales en la construcción del plantel.

“Escuelas Integrales es la posibilidad del cambio, es donde podemos formar al sujeto que pueda transformar todo lo que se ha venido haciendo; el formar al sujeto en unos valores de rescate de nuestra nación, de nuestro país, y ya como ejercicio en la práctica, la misma sociedad y los compañeros están viendo que existe la posibilidad del cambio”, asevera Estrada Guillén.

La Escuela Integral de Educación Básica de Zacapu tiene cinco años de función. Ha tenidos dos inmuebles rentados, en el último, más céntrico, convivían de manera hacinada, por lo que no podían desarrollarse de manera plena en todas las actividades. Tras varias gestiones e incluso acciones de presión, lograron que el ayuntamiento local les diera el terreno donde ahora se encuentran, hacia la periferia, desde hace ocho meses, razón que motivó la salida de algunos alumnos y el ingreso de nuevos.



Ya con ese lugar, propio de la EIEB, los maestros se dieron a la tarea, junto con padres de familia, de prepararlo y construir los salones, diez de inicio, uno de ellos para las labores administrativas, aparte del que funciona como comedor, éste más amplio, y los sanitarios, uno para cada sexo. No todos tienen vidrios, y en ese sentido esperan la partida presupuestal de parte de la comisión bipartita gobierno michoacano-Sección XVIII del SNTE.

Su expectativa de crecimiento es edificar otros diez salones, arriba de los que ya están construidos; amoldar el patio cívico, la cancha deportiva, y banquetas. La energía eléctrica la instalaron hace casi un mes.

Muchas son las necesidades y poco el apoyo hacia este tipo de escuelas, que representan el modelo educativo alterno de la Sección XVIII, al grado que de las ocho que iniciaron en el ciclo escolar 2003-2004, incluida la de Zacapu, en la actualidad existen 19, o sea, sólo 11 adicionales, mientras al ciclo escolar pasado, 2 mil 301 planteles del estado se inscribieron al llamado programa Escuelas de Calidad, que inició en 2001 con 90. En este momento hay 20 solicitudes en Michoacán para las EIEB, y la intención del magisterio michoacano, ahora liderado por Artemio Ortiz Hurtado, es masificarlas en toda la entidad.
Así mismo, de acuerdo a Valdemar Reyes Lemus, maestro de la escuela integral, si bien no hay nada específico por el momento, existe el proyecto de llevar este nivel novedoso a cuando menos el nivel medio superior.

De la minuta de acuerdos que se signó entre la representación magisterial y el gobierno de Leonel Godoy Rangel el pasado 7 de junio, se otorga a las EIEB 28 millones de pesos, mismos que todavía no se liberan en su totalidad. Su idea es ofrecer ocho horas de clases, incluyendo las actividades humanísticas y de proyectos productivos, donde se les dé desayuno y comida a maestros, alumnos, y empleados, y por supuesto no haya ninguna cuota económica a padres de familia, a quienes se les integra a la toma de decisiones de estas instituciones educativas.

Por la limitante de los recursos, en la EIEB de Zacapu se cobran siete pesos diarios a los paterfamilias para las dos comidas, aunque quienes no tengan la posibilidad de aportarlos, no lo hacen -alrededor del 40%- sin que con ello sus hijos reciban trato inequitativo e incluso la expulsión de la escuela, como ocurre en las tradicionales, recalca el coordinador Armando Estrada. Pero ése es el único pago, usado igual para las despensas que les entrega el DIF, pues no hay cuotas de ninguna especie, ni para uniformes o útiles escolares, y la idea es que a corto plazo la alimentación igual sea sin costo alguno.

“Con proyectos como Escuelas de Calidad, Escuelas de Horario Ampliado y la Alianza por la Calidad de la Educación, se pretende desaparecer la educación pública, cobrando cuotas a los padres de familia, lo cual viene en detrimento del artículo tercero constitucional, y el propósito de esos proyectos no son mejorar la calidad educativa, que se puede hacer a partir de un trabajo como el que realizan las Escuelas Integrales, de análisis, de comparación del contexto, de las necesidades reales que tienen los sujetos, porque en las Escuelas de Calidad sólo se construyen aulas, auditorios en la primera dotación de recursos federales, porque en la segunda ya hay una aportación de padres de familia, y eso es estar cobrándoles nuevamente porque vía impuestos pagan lo que se gasta en educación, que es una obligación que le corresponde al Estado”, subraya el entrevistado.

Nueva escuela

Al filo del mediodía del 28 de octubre anterior, una docena de alumnos de primera y segunda fase de la Escuela Integral de Zacapu se encuentran en el patio donde reciben la clase de Cultura Física, de parte del maestro Juan Carlos Torres Espinoza. Practican con los “ula-ula”, aros de colores que cada quien escogió de manera previa. Luego corren por seis de esos juguetes colocados en fila, saltando en medio de ellos de uno en uno.


Desarrollando sus habilidades físicas,infantes de preescolar

Minutos después, esos mismos alumnos, en su salón, aprenden con la maestra Verónica Espinoza el proceso de elaboración de las tradicionales calaveras de dulce por el Día de Muertos. Ven los ingredientes (harina, colorizante, huevos, limones), tocan la harina, sienten su sabor, y ayudan a su instructora a batirlos.

Niños de primera y segunda fase, 
amasando ingredientes para hacer calaveritas de dulce

Por su parte, los de la doceava fase, o tercero de secundaria, con el docente Valdemar Reyes mantienen una exposición acerca de la contaminación ambiental, desde la época prehispánica a nuestros días, con un estudiante al frente anotando los distintos factores que provocan ese mal, con la participación, en apoyo, del resto de sus compañeros.


Clase de la Doceava Fase, 
analizando el problema de la contaminación

De la séptima fase (cuarto de primaria), el profesor Héctor Morales Juárez pide a sus alumnos, ubicados alrededor del salón hexagonal, que anoten en dos columnas a quienes nacen del huevo, y a quienes nacen de la mamá, y entre los 18 alumnos van dando a conocer en voz alta las distintas opciones de respuesta.


El profesor de la Séptima Fase,
 Héctor Morales Juárez impartiendo su enseñanza


El mismo coordinador Estrada Guillén igual imparte clases a niños y niñas de la novena fase. Abordan un ejemplo de aritmética, con el precio de la Gasolina Premium, a 9.80 pesos el litro, y la Gasolina Magna, a 7.50 pesos el litro, para saber cuánto pueden comprar con determinada cantidad de pesos, recurriendo a la división, suma y multiplicación.

En la Novena Fase, 
viendo la aplicación matemática con precios de gasolinas

También se ve a otros alumnos corriendo, jugando futbol, columpiándose o simplemente platicando en el espacio de la escuela “Ricardo Flores Magón”. No parecen tener restricciones.


En otro de los salones, alumnos de la octava fase, con la maestra Celila Tovar Juárez hacen la mezcla para elaborar calaveritas de dulce. Al poco rato se integra el docente de Artísticas, José Guadalupe Jacinto, con su guitarra, llegan escolapios de otras fases y mientras continúa la preparación de las calaveras, entonan varias canciones (Josefinita, El pueblo unido jamás será vencido, Una sonrisa), incluyendo una en purépecha, que estaba escrita en el pizarrón. Otro alumno toca su guitarra, y algunos más intentan hacerlo con sus flautas musicales.


En el espacio de la Octava Fase, 
mientras algunos escolares preparaban calaveras de dulce, 
el maestro de artísticas interpretaba canciones, 
y todos las coreaban

“La enseñanza de estas escuelas tiene que ser planeación sobre el eje problematizador, a partir del contexto mismo que observa el alumno, las diferencias que enfrenta, entonces el maestro llega, propone algunos elementos de análisis y a partir de ahí empieza el diálogo con los muchachos, el rescate del conocimiento que tienen sobre el contenido que se va a tratar, y finalmente establecer esa parte que hablan los teóricos de la dialoguicidad, de poder rescatar la participación del sujeto; nosotros pensamos que el niño como sujeto pensante tiene un cúmulo de conocimientos que requieren de este espacio que le estamos propiciando para establecer ese diálogo, ese conocimiento entre los iguales”, resume Armando Estrada el propósito de este sistema educativo.

Agrega que los libros de texto oficiales “están limitados sólo a la cuestión mecánica del conocimiento”, y en el caso de la Escuela Integral de Zacapu no los utilizan como guía, sólo para ver algunos elementos, pues los maestros deben darse a la tarea de buscar información en periódicos, revistas, diccionarios, y traer las distintas posibilidades sobre temas específicos.

Siguen viendo las materias tradicionales como español, matemáticas, historia, física, naturales y las demás, aunque con otro enfoque. “Los alumnos de esta escuela no tienen porqué saber menos que los que estudien en otras, al contrario, ése es el conocimiento mínimo que deben saber los muchachos, y además la carga política, social, cultural que nuestro contexto nos brinda y que en otras escuelas se descuida”, apunta.

Y abunda: “A partir de las teorías que nos dicen que es en la socialización como se aprende, vemos que es congruente, que sí nos da resultado. El hecho de que conviva un niño de primera fase con uno de quinta fase o de la doceava, le da esa posibilidad, esa confianza; aquí los vemos jugando en el patio, eso es lo que nos permite crecer, no tanto estar en los salones y que el maestro esté diciendo cómo debe comportarse, yo creo que el mismo ambiente que se genera en la escuela es lo que permite que el niño vaya avanzando y que pueda superar elementos como la timidez, la tristeza, la soledad”. 
Por eso no hay agresión ni violencia hacia los estudiantes de parte de los mentores, como una de las premisas de las escuelas integrales. 

En tanto que con los talleres de desarrollo humano y los de tipo productivo, quieren fomentar en los alumnos la educación integral, explorando y dando pie a sus potencialidades, así como proporcionarles elementos que a futuro les sirvan a ellos o sus familias, por eso la enseñanza de herrería, hacer tabicón, elaborar pan, y próximamente la crianza de aves y huerto. También recuperar los juegos tradicionales.


Juegos de mesa, 
otra de las actividades que se intenta rescatar en el plantel

Para el pasado 28 de octubre, correspondió a los talleres productivos. Ahí se vio, después del tiempo destinado a la comida, a estudiantes aprendiendo la herrería, a otros con palas y picos haciendo una composta, algunos más fueron a las colonias aledañas para que la población les regalara tabiques, a utilizar en la terminación del horno escolar, y regresaron con una carretilla llena de ese material, mientras varios de ellos estaban con los juegos de mesa, y en la costura de telas o elaboración de servilletas o distinta vestimenta.

Soldadura, es uno de los talleres productivos de la escuela


Con palas y picos haciendo una composta

Vínculo con la comunidad

Respecto al trabajo de la Escuela Integral con padres de familia y la comunidad, otro de los ejes de las instituciones de este tipo, cada semana sostienen encuentros. Los miércoles, de 14:10 a 15:50 horas hay asambleas de planeación con los paterfamilias, donde además participan maestros y estudiantes. Tratan los aspectos para mejorar la educación, ven problemáticas generales y particulares, así como sus posibles soluciones, de manera que todos participan en el modelo.

Tienen un comité para ver la situación concreta de la localidad cercana donde viven, y tramitar o gestionar ante las instancias correspondientes mejoras en beneficio colectivo, como la reunión programada el viernes pasado, con la temática de pavimentación de algunas calles. “Somos parte de la comunidad; en ocasiones se habla de que la comunidad venga a la escuela, nosotros decimos que somos los que tenemos que abrirnos a la comunidad”, sostiene el coordinador del plantel.

Hoy todavía luchan contra las prácticas de las escuelas tradicionales, pues en el presente ciclo lectivo, por el cambio de instalaciones, muchos alumnos apenas están iniciando con esta modalidad; pero también han tenido estudiantes que regresan al plantel tras cursar en otras instituciones educativas, al ver la diferencia entre ambas.

“Nuestra mayor satisfacción es ver a los muchachos que se expresan de manera distinta, ya no es de manera mecánica, tienen la posibilidad de pensar, de razonar, de analizar a partir de los elementos que le ofrece su contexto”, finaliza Armando Estrada, y resalta el respaldo brindado por la dirigencia magisterial a cargo de Artemio Ortiz, quien en la visita para inaugurar su actual inmueble expresó que continuarán apoyando a ésta y a las 19 EIEB de Michoacán.

Por su parte, la coordinadora de la región Zacapu de la Sección XVIII del SNTE, Nancy Oralia Barajas, indica que se encuentran promoviendo la construcción de las canchas deportivas de la Escuela Integral “Ricardo Flores Magón”, y respecto al personal, pues los 13 maestros actuales resultan insuficientes, de ahí que atiendan a más de un grupo de los tres niveles, señala que se están revisando varias solicitudes; pero seguirán apoyando estas instituciones, como modelos alternos al proyecto educativo neoliberal aplicado en el país. 

 Nancy Oralia Barajas, 
coordinadora de la región Zacapu de la Sección XVIII del SNTE

En cuanto a nuevos proyectos, una vez que ya tienen terreno propio, se encuentra instalar ahí mismo el Centro para el Desarrollo de la Creatividad, la Cultura, el Arte y el Deporte de Zacapu, otro de los instrumentos educativos de la Sección XVIII del SNTE, donde se imparten talleres de manualidades, de canto, música, danza, futbol, basquetbol, entre otros, como parte de explotar las habilidades de la ciudadanía en general. Funcionaría por las tardes.

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