Revolución cubana no es experimento fracasado; logros sociales y económicos, muestran su eficacia

Manuel Aguilera de la Paz. 

No retrocederemos al capitalismo

A 50 años, la revolución cubana no es un experimento obsoleto y fracasado pues conserva sus conquistas sociales y económicas, así como su sistema político profundamente democrático, pese a ser diferente al modelo que tratan de imponer en el mundo de hoy, expresó el embajador de Cuba en México Manuel Aguilera de la Paz quien, admitió, ese país está lejos de ser el paraíso, aunque tampoco es el infierno represivo y pobre como lo pintan las campañas de desinformación.

Resaltó logros obtenidos en ese medio siglo en renglones como educación y salud, aún con el bloqueo comercial impuesto por los Estados Unidos, el imperio más poderoso del mundo, y están dispuestos a resistir el tiempo necesario. Aseguró que no regresarán al pasado ignominioso del esquema capitalista, pero sí continuarán los cambios dentro del socialismo cubano.

“Se están realizando y se seguirán realizando cambios sin que nadie nos los imponga desde afuera porque los cubanos queremos y debemos cambiar todo lo que sea necesario para corregir nuestros errores y deficiencias, y perfeccionar nuestra obra. De hecho, la revolución es eso, un proceso de profundos cambios y los ha habido a lo largo de estos años porque estamos construyendo una sociedad nueva, y como toda obra humana no está exenta de fallos y deficiencias”, sostuvo el diplomático en el Centro Cultural Universitario de Morelia el pasado 3 de febrero en evento organizado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), y el Sindicato Único de Empleados de dicha casa de estudios.

Un cataclismo

Parece mentira, manifestó Aguilera de la Paz, que durante cinco décadas una isla de poco más de 110 kilómetros cuadrados de extensión, y una población actual de arriba de 11.5 millones de habitantes -hace 50 años eran más de seis millones-, haya resistido tanto tiempo el embate del imperialismo estadounidense, por resistirse a la línea de la explotación del hombre por el hombre, y en cambio pasar a una nueva sociedad de los humildes, por los humildes y para los humildes, como lo soñara José Martí.

Dijo que esa revolución, conmemorada el 1 de enero de 1959 tras derrotar al dictador Fulgencio Batista, fue un cataclismo político, social y económico, porque destruyó hasta sus cimientos el sistema de Estados Unidos implantado en Cuba desde 60 años atrás, que dejó a la gran mayoría de habitantes sumidos en la miseria, el analfabetismo, la insalubridad, la discriminación, la injusticia, y por el contrario sólo benefició a una minúscula oligarquía sometida a los intereses de sus amos del norte, la cual al triunfo del movimiento salió a Miami, desde donde orquesta, aún ahora, los ataques al pueblo caribeño en confabulación con la Agencia Central de Inteligencia, la CIA.

Así mismo, resaltó que la revolución es y sigue siendo autóctona, pues nadie la impuso desde fuera, sus raíces están en la propia historia de la república, y en las ideas humanistas de José Martí, de el culto a la dignidad del hombre. Un factor más fue el respaldo popular hacia  Fidel Castro Ruz y demás revolucionarios.

Y abundó: “Ellos (los revolucionarios) no querían dejar la revolución inconclusa o truncada porque había que evitar a toda costa que se frustraran nuevamente los propósitos de Martí, y que la situación volviera a ser igual o peor. Así que lejos de traicionar a la revolución, como afirman algunos de sus detractores, sus dirigentes contando con el apoyo decidido de la abrumadora mayoría del pueblo, proclamaron su carácter socialista en abril de 1961 -en vísperas de la invasión mercenaria por Playa Girón, derrotada en menos de 72 horas-, sin que nadie nos impusiera esa decisión, por la sencilla razón de que el sistema capitalista, de explotación del hombre por el hombre, de propiedad privada, de desigualdad, injusticia y egoísmo que había prevalecido en Cuba durante 60 años, había demostrado fehacientemente su incapacidad de preservar nuestra independencia y soberanía frente a los apetitos imperiales de Estados Unidos”.

 

Entonces, señaló, empezaron los “pecados” a los ojos de los gobiernos estadounidenses con la nacionalización de empresas extranjeras, la mayoría del vecino del norte; la reforma agraria que eliminó los latifundios y repartió la tierra a campesinos; erradicó la desnutrición, el analfabetismo, la discriminación racial, la prostitución organizada; se construyeron centenares de escuelas y hospitales, estableciéndose el sistema de educación y de salud universal, gratuito y de alto nivel; hubo un impulso al desarrollo de la investigación científica, y la fabricación de medicinas novedosas y productos avanzados de la biotecnología; desarrolló su deporte; creó un sistema de seguridad justo y universal, al igual que uno político profundamente democrático en el cual los mismos ciudadanos proponen y eligen directamente a sus candidatos, sin partidos electorales ni campañas.

Uno de los principios sagrados que la revolución de Cuba ha practicado es la solidaridad y el internacionalismo, además de apoyar en la década de los 60 a los movimientos de liberación nacional en África y en algunas naciones latinoamericanas. Más de 300 mil cubanos, informó el embajador, combatieron en defensa de las independencias de Angola y Etiopía  

Pero también ofrece su aporte, por ejemplo, con más de 31 mil becarios de 123 países, principalmente de América Latina, África, el Medio Oriente y Asia, que estudian en la isla, casi 24 mil en la carrera de medicina. 51 mil colaboradores cubanos de 13 sectores prestan sus servicios en 72 países, de ellos 17 mil son médicos.

Arriba de tres millones 600 mil personas en el mundo, continuó, han sido alfabetizadas en los últimos años con el método “Yo sí puedo”, incluidas unas 400 mil mexicanas, casi la mitad de Michoacán donde la administración estatal anterior de Lázaro Cárdenas Batel se apoyó en el programa Alfa TV.

Todavía más, con aproximadamente un millón 300 mil ciudadanos de escasos recursos económicos de 33 naciones han sido operadas de la vista en forma gratuita, dentro de la llamada “Operación Milagro”, lanzada conjuntamente entre los gobiernos de Cuba y Venezuela hace cuatro años.

“Asombrosamente todo eso se hizo enfrentando las agresiones y la hostilidad permanente del poderoso vecino del norte, que ha empleado prácticamente todos los medios, excepto la agresión militar directa, para derrocar a la revolución, lo que incluye un feroz bloqueo comercial y financiero que dura casi 50 años y nos ha causado perjuicios económicos por más de 93 mil millones de dólares”, remarcó Manuel Aguilera.

Ni asesinatos ni desaparecidos políticos

Respecto a la campaña de desinformación orquestada por el imperio, refirió que “la primera gran mentira” que repiten los medios de comunicación al servicio de los EU, es que en Cuba no hay democracia, ni libertad ni se respetan los derechos humanos, señalando a Fidel Castro como un dictador. Si bien reconoció que su república no es el paraíso, tampoco es el infierno pintado por los detractores.

Estableció que la vocación solidaria e internacionalista de su revolución, su capacidad de renovarse a sí misma en la medida en que las circunstancias lo demandan y lo permiten, se da sin renunciar a sus principios, ideas y valores.

“Intentar entender o juzgar a la revolución cubana con los patrones de la democracia capitalista que predomina actualmente en gran parte del mundo, es un error, como también lo es comparar el socialismo cubano con el que se derrumbó en la Unión Soviética y Europa del Este”, y dejó claro:

“La verdad es que si en Cuba hubiera violaciones masivas de los derechos humanos, si se reprimiera al pueblo, si la mayoría de los cubanos o incluso una minoría significativa se opusiera a la revolución, ningún gobierno hubiera podido sostenerse, no ya 50 años sino menos tiempo que eso, enfrentando la brutal hostilidad de un vecino tan poderoso como Estados Unidos”.

Incluso, subrayó que el único lugar de Cuba donde se tortura a la gente es en la base naval, convertida por EU en campo de concentración, en la Bahía de Guantánamo, ocupada de forma ilegal por los gobiernos estadounidenses, y en ese sentido llamó al flamante presidente Barack Obama a no sólo cerrar la prisión que tiene en ese lugar, como ya lo anunció, sino a retirarse completamente.

“La revolución cubana tiene un historial absolutamente limpio e intachable en materia de respeto a la dignidad y a la integridad como humano, en 50 años no ha habido un solo caso de asesinato político o de desaparecido. ¿Alguien ha visto alguna vez una imagen en la prensa o la televisión de la policía o del ejército cubano reprimiendo a una manifestación popular, armados con cascos, bastones o escudos, fusiles, perros y carros de agua, como es frecuente en muchos países democráticos? ¿Alguien duda de que si eso hubiera ocurrido alguna vez, las principales televisoras del mundo y los periódicos, revistas más leídos hubieran dejado de transmitirlo o publicarlo con gran despliegue? ¿Alguien puede citar un solo caso de asesinato político o de desaparecido político en Cuba?”, se cuestionó el diplomático.

Quienes están sometidos a juicio y sancionados con prisión en la isla, agregó, no es debido a sus ideas diferentes a la revolución o a protestar de manera pacífica, sino por actuar como mercenarios en cumplimiento de las instrucciones del gobierno estadounidense para desestabilizar a la república caribeña. 

Por eso la obsesión e ingerencia del imperio contra Cuba que, anunció, sólo en 2008 el régimen de George Walker Bush destinó más de 45 millones de dólares a fabricar, sostener y dirigir la llamada “Operación Pacífica” con la idea de terminar con la revolución.

Tachó de más grave el hecho que los mercenarios desde Miami no sólo están al servicio de la Unión Americana, también reciben indicaciones de terroristas de origen cubano como Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, aliado del Bin Laden latinoamericano Luis Posada Carriles, cerebro organizador del ataque con bombas colocadas al avión DC-8 de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976, donde resultaron muertas 73 personas, 57 de ellas de Cuba, cuando pasaban por Barbados.

Fidel Castro, Raúl Castro y Ernesto Guevara, 

parte importante en el derrocamiento 

del capitalismo en Cuba

Igual, autor material de la colocación de bombas en hoteles de La Habana en 1994, que mataron incluso a un turista italiano, y hoy se pasea libremente por las calles de Miami con la protección del gobierno de EU, que se niega a juzgarlo o extraditarlo a Venezuela, donde el gobierno de Hugo Chávez lo reclama por haber cometido en ese territorio varios delitos.

Y mientras esos terroristas se mantienen en la impunidad, Aguilera de la Paz criticó que cinco patriotas cubanos, Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, y René González, estén recluidos en territorio estadounidense desde septiembre de 1998, supuestamente por realizar labor de espionaje en aquel país, acusación que no fue comprobada, y aún así los condenaron a penas que van desde 15 años de prisión a dos cadenas perpetuas.

Por si fuera poco, sus derechos humanos han sido violados sistemáticamente, al igual que los de sus familiares, que en promedio durante más de una década sólo los dejan verlos una vez por año. Además, estuvieron en celdas de aislamiento durante un año, siete meses y 20 días, y exigen su libertad inmediata.

“Al hablar del 50 aniversario de la revolución cubana es importante mencionar a estos cinco compañeros, considerados con toda justicia héroes en nuestro país por su firmeza, su ejemplar resistencia y su fidelidad sin límites a su patria y a sus ideas, porque ellos nacieron y crecieron con la revolución, se educaron en sus valores y constituyen un símbolo vivo de la ética, los ideales y la determinación del pueblo cubano”, apuntó.

Pese al bloqueo

Más adelante, en el escenario de la Universidad Michoacana el embajador de Cuba en México manifestó que otra de “las grandes mentiras” de los personeros estadounidenses es que el fracaso en cuestiones económicas de la isla es debido al sistema socialista como quedó evidenciado en la ex Unión Soviética, pero no mencionan para nada al bloqueo comercial impuesto por los EU en casi medio siglo, el cual deja una pérdida de más de 93 mil millones de dólares. Castro usa el bloqueo como pretexto para el fracaso de su modelo socialista, es la frase desde Estados Unidos.

“Nosotros le hemos dicho a los gobernantes del imperio que si fuera así, por qué los cubanos llevamos tantos años luchando porque nos quiten ese pretexto, y por qué los Estados Unidos no eliminan el pretexto”, sostuvo y recordó que desde 1992 varios países del mundo se pronuncian por retirar el bloqueo, y el año pasado en asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 185 de los 192 miembros dieron su voto en ese sentido.

Hizo alusión a que durante septiembre y octubre de 2008, cuando Cuba se vio prácticamente arrasada por el paso de tres huracanes, causando daños evaluados en más de 10 mil millones de dólares, el entonces presidente George W. Bush ofreció una “hipócrita ayuda” económica, rechazada por los cubanos. Si en verdad quisieran apoyar, respondió el gobierno de Raúl Castro, mejor debieran retirar el bloqueo por lo menos durante seis meses para comprar a empresas norteamericanas los equipos y materiales indispensables en la reconstrucción de la república, petición denegada de parte del imperio.

A pesar de esa situación de desastre por causas naturales, resaltó Manuel Aguilera, Cuba tuvo indicadores económicos el año pasado con poco crecimiento, pero alentadores, según calificó. Ejemplificó con el Producto Interno Bruto (PIB), que registró “un modesto” 4.3%, por debajo del 8% planificado, y del 7.5% alcanzado en 2007. Entre las razones, citó el efecto devastador de los huracanes, y  la crisis mundial.

Sin embargo, las inversiones crecieron 6.6%; la agricultura 1.6%; la industria, 1.2%; las exportaciones de bienes y servicios aumentaron 7.2%; el turismo llegó a la cifra récord de visitantes en un año, al contabilizar dos millones 350 mil visitantes extranjeros, y un aumento superior al 9%. Además, añadió, tuvieron la tasa de mortalidad infantil más baja en su historia, de sólo 4.7 menores de un año por cada mil nacidos vivos, 12 veces menos que los niños de antes de la revolución.

Revolución cubana tuvo respaldo popular hacia sus dirigentes

“A 50 años de revolución, la gran mayoría de los cubanos sigue apoyándola por la sencilla razón de que la revolución somos nosotros mismos y ella nos ha dado verdadera independencia, soberanía, libertad, dignidad plena y justicia social. La voluntad abrumadoramente mayoritaria del pueblo cubano es continuar construyendo el socialismo, convencidos de que al menos en nuestras condiciones históricas es el único sistema que nos garantiza la preservación de los derechos y grandes conquistas alcanzadas tras más de 140 años de luchas y sacrificios.

“Por esas razones extremadamente poderosas y por nuestras tradiciones históricas hemos logrado resistir durante estos 50 años el bloqueo y las presiones del imperio más poderoso desde el punto de vista económico y militar, que no moral, que ha conocido la humanidad, y estamos dispuestos a resistir 50, 100 o 500 años más si fuera necesario. Por lo mismo no habrá transición al capitalismo en Cuba, ya hicimos la transición del capitalismo al socialismo hace 50 años y no volveremos al pasado ignominioso que nos costó tanta sangre y enormes penurias, mucho mayores que las que hemos tenido que sufrir a lo largo de estos años de revolución debido al bloqueo y a la hostilidad de nuestro poderoso vecino”, estableció.

Igual, señaló, continuarán siendo solidarios e internacionalistas, pues creen que un mundo mejor es posible, y para construirlo se requieren la buena voluntad, la propia solidaridad y la decisión de luchar por dicho propósito, de todos los pueblos, en especial de los miles de millones de mujeres y hombres explotados de este planeta, cuya existencia se encuentra amenazada por un capitalismo decadente, que ha generado hasta el 80% de la población mundial en situación de pobreza, así como la muerte diaria de más de 26 mil menores de cinco años por hambre y enfermedades curables, según datos de la ONU, “y gracias a la revolución ninguno de esos niños es cubano”, concluyó el embajador.