martes, 10 de marzo de 2009

KCSM, riesgo para la población; sin regulación para el transporte de sustancias peligrosas


El 10 de septiembre de 2008, la Kansas City Southern de México (KCSM) estuvo a punto de ocasionar una desgracia en la ciudad de Morelia, cuando se descarrilaron 27 vagones y dos máquinas de uno de sus convoyes en la Tenencia Morelos. El saldo: 12 viviendas dañadas, y sólo faltó el contacto de algo flamable con el Nitrato de Amonio, material que llevaban cinco vagones del tren, para causar la explosión.

Semanas después, el 26 de enero anterior en la localidad michoacana de La Purísima, municipio de Taretan, se registró otro descarrilamiento de la misma trasnacional, que involucró a dos plataformas y ocho carros tanque, seis de ellos transportaban combustóleo. Debieron evacuarse 30 viviendas mientras los cuerpos de seguridad de Uruapan hacían su trabajo, pues la fuga de combustóleo invadió incluso un canal de riego de la comunidad. No hubo mayores daños en la población, salvo el ocasionado al medio ambiente. Dos accidentes en poco más de cuatro meses. 
De acuerdo a un reporte enviado por la Dirección General de Transporte Ferroviario y Multimodal al Centro de Estudios Económicos de Morelia (CEEM), a solicitud de éste, de manera periódica pasan por la capital michoacana trenes con cinco materiales químicos considerados peligrosos, dos de los cuales se quedan aquí (el Cloro, con destino a la empresa Penwualt de México; y el Bisulfuro de Carbono, a la Kimberly Clark, ubicada aproximadamente a 4 kilómetros de la estación capitalina, rumbo a Pátzcuaro). Los tres restantes tienen destino hacia el puerto de Lázaro Cárdenas, y a Monterrey, Nuevo León.
Se agrega en el documento citado que los materiales peligrosos, son los siguientes: Bisulfuro de Carbono, clase de riesgo No. 3, líquido inflamable tóxico con No. UN-1131, y pasa por Morelia un carro tanque cada 4 meses.
Alquitrán, clase de riesgo No. 3, líquido inflamable y No. UN-1999, con periodicidad de 21 carros tanque cada mes, en promedio. Cloro Líquido, Clase de riesgo No. 2, corrosivo, gas tóxico, y No. UN-1017, un carro tanque al mes. Combustóleo líquido, clase de riesgo No. 3, inflamable, y No. UN-1202, cuya periodicidad es de 270 carros tanque al mes, en promedio.
Pero el más peligroso, con clase de riesgo número 9, es el Nitrato de Amonio, clasificado como grado fertilizante, oxidante, corrosivo y tóxico, y circulan por tierras morelianas cinco carros-caja al mes, en promedio, cita el texto.
Nitrato de Amonio es un producto químico con riesgo de incendio o explosión “cuando se produce una reacción en un espacio confinado, por ejemplo un contenedor”, por lo que su transportación de parte de la KCSM se da en tolvas, o sea, va abierto por la parte superior, en estado sólido en forma granular, empaquetado en bolsas de polietileno, protegido con un saco cerrado herméticamente, de acuerdo al informe de la Dirección General de Transporte Ferroviario y Multimodal.
Ese material se transportaba en cinco vagones del tren descarrillado el pasado 10 de septiembre. En total conducía 300 toneladas del nitrato industrial, no grado fertilizante como señalaron las autoridades federales de Comunicaciones y Transportes, y la propia Kansas City,  y pudo ser constatado con fotografías, el cual es utilizado en minería para voladuras, y su destino era las minas de Monclova, Coahuila. Puede ser hasta 25% más potente que el TNT.
Uno de los sacos del nitrato casi cae sobre dos tanques de gas de una de las casas de la calle Supremo Tribunal de Ario de Rosales, de la Tenencia Morelos, rumbo a la salida a Pátzcuaro. Poco faltó para una explosión de grandes magnitudes, una chispa o una flama, a decir del CEEM en un estudio sobre los peligros de la KCSM en su paso por la capital de Michoacán.
El mismo reporte hace mención que el 22 de abril de 2004 dos furgones con 80 toneladas de Nitrato de Amonio, grado fertilizante, explotaron en Ryongchon, Corea del Norte, destruyendo prácticamente esa población. Pero más grave, agrega, el 18 de febrero de 2004, otra explosión por siete furgones con Nitrato tipo fertilizante en Khayyam, Irán, equivalente a 180 toneladas de TNT, donde hasta hubo muertos, mutilados de sus cuerpos, de cinco aldeas aledañas al lugar del desastre.
Y por Morelia, sostiene la investigación, no pasan los cinco furgones al mes como les notificaran en su solicitud de información, sino 500, pues la única fábrica del producto en nuestra república se encuentra en el puerto michoacano de Lázaro Cárdenas, y su capacidad de producción es de 700 toneladas anuales. La explosión en la capital estatal el 10 de septiembre anterior, resalta, hubiera sido equivalente a 360 toneladas de TNT, mayor que la de Irán.
Lo lamentable, critica el Centro de Estudios Económicos de Morelia, es que las pocas normas de seguridad para el transporte ferroviario de sustancias peligrosas no son cumplidas por la KCSM, mientras en Estados Unidos a partir de junio las compañías ferroviarias con materiales dañinos deben buscar rutas alternas, y desde septiembre venidero los productos altamente explosivos no podrán entrar a sus puertos.
En México pasarán más de tres mil sustancias catalogadas peligrosas, y en el puerto de Lázaro Cárdenas se manejarán anualmente más de cuatro millones de Teus (Un contenedor de 20 pies equivale a un Teu) procedentes de la Unión Americana, con material peligroso y tóxico.
Si bien existe la normatividad, el Reglamento para el Transporte Terrestre de Materiales y Residuos Peligrosos, éste resulta en muchos casos obsoleto, sus sanciones son ridículas, y no se cumple a cabalidad. Por ejemplo, su artículo 75, a la letra señala: “Los trenes que transporten materiales o residuos peligrosos permanecerán el menor tiempo posible en estaciones y no podrán ser disgregados de su formación durante su recorrido”.
Es decir, el término “menor tiempo posible” queda ambiguo, y puede ser de hasta unas horas a días. Pero no existe mayor regulación en este aspecto vital para la seguridad de la población.
Otros articulados, como el 74 demanda: Llevar a bordo y en forma permanente un supervisor que verifique el cumplimiento de la reglamentación aplicable. El 71: No excederse del peso máximo permitido por el riel, siendo necesario que las unidades sean pesadas desde su origen. El artículo 78 refiere: El adicionar al convoy carros con materiales peligrosos incompatibles, y otros que exigen no exceder la velocidad permitida.
Sin embargo, las sanciones, son relativamente bajas, según el Artículo 134, fracción IV, que mandata lo siguiente: “Se aplicará multa hasta por el equivalente de cien días de salario mínimo, por infracciones a los límites de velocidad establecidos en los artículos aplicables de este Reglamento y en los ordenamientos de la materia”. De lo anterior se desprenden penas económicas de no más de seis mil pesos, aunque pueden eludirse si no le demuestran el haberse excedido de la velocidad correspondiente.
Y la KCSM incumple en muchas medidas, según reconoce la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en cuanto a no informarle de los cientos de furgones que transporta con materiales, y sus correspondientes medidas de seguridad, a fin de impedir que el supervisor oficial acompañe al convoy, se indica el estudio del CEEM.
Más normas y medidas mínimas de seguridad violadas por la trasnacional, pues en el descarrilamiento del 10 de septiembre del año pasado en Morelia, traía 300 toneladas de material explosivo (Nitrato de Amonio) junto a combustibles (Combustóleo y Alquitrán). La Ley Federal de Armas de Fuego, pues transporta cientos de furgones de Nitrato de Amonio sin el permiso respectivo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Por otra parte, y con la dinámica del puerto de Lázaro Cárdenas en un futuro cercano, habrá mayor movimiento mercantil entre este punto y los Estados Unidos, que llevará a incrementar el número de trenes por territorio michoacano y la parte norte mexicana. La Terminal de Contenedores en el puerto michoacano, de la empresa china Hutchinson Port Holding Group tendrá capacidad de movilizar hasta seis millones de Teus al año, y de acuerdo al estudio “¡El tren no debe cruzar Morelia!”, de Melchor Ornelas Pedraza, representante de la asociación “Uno más en Resistencia Civil”, cada “15 o 20 minutos” pasará un ferrocarril por la capital de nuestra entidad.
Y los riesgos que eso conlleva, desde la afectación física a personas cercanas a las vías ferroviarias, a la baja en el precio de viviendas aledañas al paso del tren e incluso el desalojo de esas casas ante cualquier tragedia, hasta los eventuales accidentes, incluyendo explosiones y pérdida de vidas humanas, refiere el citado documento.
Mientras tanto, las autoridades morelianas encabezadas por el priista Fausto Vallejo Figueroa, anunciaron la construcción de más puentes vehiculares en la Avenida Siervo de la Nación, Periférico Independencia, y Avenida El Pípila, a terminarse antes de concluir su gestión en diciembre del 2012, y después ver lo concerniente al cambio del patio de maniobras en la capital, y sacar al ferrocarril de la ciudad.
A la fecha ya existe el puente sobre la principal avenida, la Madero Poniente, construido en la anterior administración a un costo de 39 millones de pesos, y que solucionó parcialmente el tráfico por el paso del tren en ese lugar.
Para Melchor Ornelas, las medidas urgentes a tomar son sacar el patio de maniobras a más de 20 kilómetros de Morelia, y desviar las vías desde la comunidad de Fontesuelas, cerca de Lagunillas, para salir por el norte del Quinceo, ya considerando el crecimiento poblacional, así como construir una carretera de Lagunillas a Capula y de allí pasar entre Cuto de la Esperanza y El Resumidero para salir hacia Tarímbaro, con un ramal a la autopista México-Guadalajara. Esta carretera debe de estar lo más lejos posible de Morelia para evitar la creación de colonias irregulares, planteó.
Y sobre todo, reformar las legislaciones correspondientes para impedir el tránsito ferroviario con sustancias peligrosas y tóxicas en zonas urbanas, situación que hasta ahora no se ha tratado ampliamente.

No hay comentarios: