viernes, 1 de mayo de 2009

Una menos, uno más… ¿a quién le importa?

Ha kanahuitz 
(Colaboración de un trabajador de la educación de Guanajuato)

Con el mismo ritual de siempre. Aprendieron bien e incluso amenazan con superar a sus maestros: los dinosaurios priistas. Se les nota mejoría en varios aspectos, anote usted: preparan mejor el escenario, se le adicionan elementos emotivos para hacerlo más real, mayor desprecio a la cordura popular, y sobre todo más cínicos. 

"Me voy", dijo Josefina, como si alguna vez hubiera llegado. Como si alguna vez hubiera estado ahí, en las oficinas de la SEP. Un lugar en donde nunca pudo estar… tal vez alguna vez lo quiso, aunque es de dudar. Ella quería la Secretaría de Gobernación pero Calderón la puso a bailar con la más fea; la otra, que esa si está donde quiere o donde la dejan el millón de maestros desvoluntariados, la maestra, aquella jovencita chiapaneca que se subió a las barbas de Jonguitud y se convirtió en la líder moral del magisterio, no se sabe bien a qué moralidad, pero finalmente moral; total, suena bonito y de tanto repetirlo y escucharlo, a lo mejor se lo creen. Faltaba más. 
Es de dudar que haya querido, lo acepto porque… faltaba más, de algo hay que trabajar mientras vienen mejores tiempos, así que de camping a la SEP, se entretuvo dos años y medio en sortear a la viboresa, esa, la líder moral. Finalmente no pudo. "Me voy", dijo, como si con eso pudiera ocultar su absoluta ignorancia de los menesteres magisteriales y su incompetencia para machacar "víboras prietas", esas mismas viboritas que su antiguo jefe tampoco nada pudo hacer. Sí, el mismísimo Fox. Y ella la corrió. Vaya que tiene poder, incluso sobre Calderón. Había mucho en la balanza, las elecciones. Y un escenario digno para todos: "mira chapelen, digo… Calderón, tenemos un movimiento magisterial vivo, una remozadita a la SEP no le cae nada mal, Josefina se va de diputada, a lo que le gusta, no cae en entredicho, y será muy útil para contener, consensar, cooptar o por lo menos distraer a las perdedosos, tú envías un mensaje de buena voluntad a la ciudadanía, -hooo, el presidente está interesado en las cuestiones educativas-, y se abre un espacio para ese amiguito tuyo que tanto comentas, el tal Lujambio, que con eso lo dejas amarrado definitivamente, a cambio de eso, las mejores elecciones de 2009, como puedes ver… todos ganamos, bueno, nosotros, la élite gubernamental".  
La viboresa se frota las manos cuando observa que a Calderón le brillan los ojos. Ha dado en el clavo. Y piensa… ¿qué puede hacer Alonso aquí?, lo traeré como quiera, y el botín sigue siendo mío: el sindicato, la SEP, y sobre todo, ser el fiel de la balanza, jajaja, "a quién le importa ser presidenta".        
Y el ritual sigue, "otras responsabilidades me esperan", dijo. En la comedia política mexicana el público dijo hooooo, es una mujer abnegada y fuerte con ganas aún de servir a su país. En la estridencia surrealista real miles de caras sin orejas escucharon a Germán superar a los dinosaurios, y sus ojos observaron el vacío, mientras ascendía el nuevo delfín. Alonso igual de simpático y españolón de aquel que se derrumbo en plena ciudad. Alonso Lujambio, que igual que Josefina no sabe nada de educación pública, pero ¿a quién le importa?
Josefina esperó y ahí esta flamante candidata a diputada federal a continuar con vehemencia su enorme tarea de legislar con signos de pesos, se asegura buen éxito. El pueblo aún no tiene orejas. Sus ojos siguen vacíos. Y Alonso a terminar su preparación política, el último escaño, una secretaría de Estado, ¿a quién le importa que no sepa nada de educación? No viene a eso. Los destinos de la educación ya están decididos más allá de las fronteras, y autorizada la operadora política, esa misma, la viboresa Elbita. Alonso viene a lo que viene. Además de amigo de Calderón, a contactase con la primera línea de la élite política nacional para convertirse plenamente en un personaje capaz de darnos cada vez más de lo mismo, corregido y aumentado. Y si tiene éxito hasta candidato puede ser, el 2012, noooooo, que no piensen que los panistas no son previsores, acuérdense que el plan de Calderón es hasta el 2030, así que, desde ya hay que preparar a los contendientes del 2018.
Y la viboresa se frota nuevamente las manos. ¿A quién le importa la educación?

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