martes, 14 de octubre de 2008

Fracasa la implementación del ProSE estatal


Arturo González Aguilar

El gobierno del estado, con el antecedente del trabajo de la comisión educativa que fue creada desde su campaña para delinear las políticas que una vez electo Godoy debería implementar, plasmó en el Plan Estatal de Desarrollo las líneas generales que guiarán las acciones del sector. Estas líneas habrían de quedar más detalladas en el programa (ProSE 2008-2012) que a su vez ha de elaborar la Secretaría de Educación estatal, cuyas generalidades ya han sido esbozadas y han servido de base para la realización del primer curso general de actualización que se desarrolló con los diversos niveles educativos de la educación básica en el estado; dicho curso pretendió ser el punto de partida para el desarrollo de la propuesta contenida en los planteamientos del programa sectorial de educación estatal.
Pues bien, teóricamente esta es la ruta que se seguiría en la implementación del programa educativo del estado, que debería tener ciertas características propias de un gobierno democrático con tintes de izquierda, pero en la práctica, empezando por el curso básico general, la implementación ha sido un rotundo fracaso, ya que sólo de un 10 a 20% de las escuelas de educación básica lo desarrolló. Así que el propósito implícito en el título de dicho curso: Renovando la educación pública de Michoacán, está estratosféricamente lejano de tener posibilidad  de cumplirse.
Si ni siquiera el primer paso del desarrollo de este programa se generalizó, las acciones de seguimiento mucho menos tienen la posibilidad de llegar a las más de 11,000 escuelas del estado. Contradictoriamente, al ser pocas las escuelas, zonas y sectores escolares que decidieron confiar en la propuesta de trabajo de la SEE, el paso siguiente (la creación de colectivos que trabajarían en una primera fase sobre la formación permanente de los docentes) sería más factible de implementar, pero aceptar esto es, sin lugar para justificaciones, la demostración que el programa, que por cierto aún no ha sido publicado, ha sido un completo fracaso.
Siendo otro de los productos que ha surgido del Consejo Estatal Técnico de la Educación -el anterior fue el ProDE lazarista- parece que tenía la misma predisposición: nacer muerto. 
Las causas objetivas de su fracaso, desde luego, no son las relacionadas con su origen, más bien tienen que ver con la gran problemática política sindical en que las autoridades tienen sumido al sector educativo estatal. En este sentido, ni siquiera se puede justificar con que la mano de la cacique Elba Esther Gordillo esté metida en Michoacán, ya que si bien esto es cierto, ello se debe a que lo ha permitido el gobierno del estado. El múltiple juego que desarrolla Godoy al atender y resolver a todos los grupos sindicales tiene estas consecuencias terribles; la razón de que esto sea inviable no es el hecho de que se atienda a los grupos que son antagónicos entre sí, sino a que al resolver sobre situaciones antagónicas se está, en los hechos, creando sistemas educativos alternos y paralelos, uno en donde lo que priva es el respeto a la norma, el derecho, el consenso de los trabajadores y la preocupación por las necesidades de los educandos desde la perspectiva social, y otros donde se prioriza el interés personal o de grupos de poder, donde los derechos de terceros son soslayados y donde cada cosa resuelta a dichos grupos es una burla y afrenta contra el grueso de maestros que luchan por mejorar y democratizar el ámbito y la organización que los aglutina. 
Estos otros sistemas que coexisten convalidados por la autoridad, son los que demuestran que las intenciones de combatir la corrupción son solamente declarativas, porque ellos son la materialización de la corrupción, precisamente.
Las diferencias fomentadas con las prácticas incongruentes de las autoridades no sólo se evidencian entre las posturas de los seguidores de Artemio Ortiz Hurtado, quienes se movilizan, o entre los seguidores de Elba Esther Gordillo, quienes se roban y gastan nuestras cuotas sindicales, sino en la misma estructura: subsecretarios, coordinadores, directores, jefes de departamento, jefes de sector, jefes de enseñanza, supervisores, directores de escuela y, sobre todo, asesores técnico pedagógicos y personal administrativo, quienes en su gran mayoría están ubicados en las oficinas centrales de Morelia coexistiendo con sus propias diferencias, pero que en lo general (o sea, la gran mayoría) proviene de la tradición priista que hace apenas unos seis años fue desalojada del gobierno estatal, pero no de la estructura burocrática de las dependencias.
De esta manera, dentro de la estructura de la secretaría de educación estatal tenemos una gran diversidad de posturas, que si bien pueden responder a una orientación ideológica, en su gran mayoría está marcada por la comodidad y la lógica de no hacer más de lo estrictamente necesario para poder seguir recibiendo el cheque quincenal. Esta parte es esencial tratarla porque tiene que ver con el seguimiento que la misma estructura da a las acciones que están contempladas en el Programa Sectorial de Educación 2008-2012. Quienes simpatizan de alguna manera con Artemio Ortiz, los que no están de acuerdo con que una maestra proveniente del movimiento democrático sea la secretaria de educación, quienes no harán nada que tenga que ver con transformar trabajando y los que asisten a las reuniones que convoca Aída Sagrero sólo para criticarla en su forma de hablar o de vestir, por supuesto que no van a mover un solo dedo para implementar su programa educativo. 
Sin embargo, existe una parte de la gente y de la estructura que por convicción propia (la verdad, cada día me es más difícil distinguirlos con claridad), o que siempre han de llevarle la contraria a Artemio Ortiz, o que son muy “institucionales” y si esa es la nueva línea la aceptan, o que fueron dados de baja en comité democrático y que ahora se han integrado en su calidad de aviadores a ser paleros de Pérez, Morón o Aída, que sí están en la lógica (o no tienen elección) de apoyar el programa. Cualquiera puede sacar cuentas y con un simple tanteo darse una idea de cuantos, tanto de la estructura burocrática, como de los trabajadores en general, estarán en la dinámica del seguimiento del mentado Pro-SE, no más de un 10%.

Ante el fracaso el ataque

Visualizando al comité democrático como el gran obstáculo, externo a su administración -ya que hacia adentro no tiene la capacidad de ver-, para el desarrollo normal de su tarea administrativa, Pérez, con el apoyo del ejemplo vivo de conflicto de intereses Noé González (trabaja desde la administración pública, sangrando al erario, para debilitar la educación pública y abrir el camino a la privatización, que como todos saben saldrían bien beneficiado con su escuela particular), ha proporcionado a los aviadores que trae de paleros, luego de que fueron corridos del CES democrático, copias de los oficios que la Sección XVIII envía a Vladimir Arreola o al mismo Noé para que se liberen los dineros minutados en 2007 y 2008, con el fin de que sean entregados a los medios de comunicación, o que interpongan denuncias penales contra Artemio por malversación de fondos, supuestamente. Todo esto no sólo con la finalidad de quemarlo ante la población en general sino sobre todo ante los compañeros de base, para que en el próximo proceso de renovación los partidarios de Pérez Medina puedan tener el respaldo de las bases y lleguen al congreso de renovación con el fin de reclamar posiciones, pero principalmente con miras a ganar el comité y así convertir a la Sección XVIII en un sindicato “moderno”, que no se movilice, sino que se encierre en sus aulas, que “bien lo reclama la sociedad”.
Estas acciones de Pérez, aunque parezcan arrojadas e ingeniosas, demuestran la profunda desesperación en la que ha caído el virtual secretario de educación, y por lo tanto no podrán tener el efecto esperado por él. Máxime que a sus enviados a hacer el trabajo de difamación se les acaban los espacios de operación, ya que en sus zonas escolares les han empezado a pedir cuentas y a exigir su regreso, “si ya no están en el comité, las escuelas los esperan” (¡ni dios lo mande!), les han dicho, por lo que ahora traen a Juan Pérez con el apremio de que los comisione, pero no lo ha podido hacer, ya que ni al grupo de los 20 los ha comisionado formalmente por dificultades administrativas. De todos modos sabemos cómo se gastan las cosas en la SEE: todo se vale, mientras se tenga un buen padrino.
Para empeorar todo, hay otra cosa que ha venido a complicar más las cosas; desde la lógica de Godoy si las cosas se meten poco a poco, en su momento ya estarán adentro y no será necesario firmar alianzas cuando en los hechos los programas se han implementado. Tal es el caso de la Alianza por la Calidad de la Educación, acuerdo gordillista-calderonista, que contempla a la reforma a la educación primaria, en donde a través de Vladimir Arreola se ha dado el visto bueno para que los asesores de la dirección de primarias acompañados por los siempre bien dispuestos operadores de la reforma en secundaria y preescolar asistan a las reuniones nacionales y hagan lo propio en las regiones o zonas escolares del estado donde haya las condiciones. Todo esto a pesar que la secretaria ha publicado que la firma de la alianza se ha suspendido. 
Hay quienes dudan aún que la intención de Godoy es tronar a la educación en el estado, para implementar, al estilo Calderón con la cuestión de la seguridad, un régimen de excepción. Medidas drásticas para desbaratar la organización y fuerza de la Sección XVIII del SNTE.

Artículo publicado originalmente en “Telegaceta”, órgano de difusión y análisis del nivel de telesecundarias de Michoacán, en su edición del pasado 7 de octubre.

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