José de Jesús Valdovinos Capistrán
No cabe duda que la Elba Esther, que roba como presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, es una gente impreparada que hace las cosas por ocurrencias, es decir, al estilo vera.
Sólo de esa manera se puede entender el hecho de que haya declarado, para darle el gusto al señor Falderón, que cobra como presidente de México, en su cumpleaños y con la señora Vazcaz, la de Dios Mío ¡hazme viuda, por favor!, que deberán desaparecer las escuelas normales formadoras de profesores y convertirlas en escuelas técnicas en turismo y otras actividades productivas.
Y es que no es posible que la propia presidenta espuria del sindicato de profesores diga que deben desaparecer las escuelas que la debieron formar, porque eso es como un suicidio, si ya no hay quien estudie para profesor ¿a quién pretende representar, ese engendro del demonio entonces?
Aunque haya sido impuesta con la colaboración de las fuerzas represivas, aunque esté coludida hasta el tuétano con los enemigos de la educación, lo que hace la gente es proteger lo propio, no ponerlo al fuego.
Allí se ve que esa que se dice maestra, nunca fue a ninguna escuela, debe ser de esas profesoras que se hicieron a pedradas en la primera mitad del siglo anterior y que aprendieron lo que saben a mentadas y golpes, como ella pretende que ahora se preparen los profesores.
Porque sucede que mientras nosotros estamos trabajando duro y tendido por la educación, ella y sus 60 gatos secretarios generales del SNTE charro en el país se están tomando un curso político sindical de 3 meses en la ciudad de San Diego, Cal., en los EUA, ¿cómo la ven?
No es posible que doña Perpetua pretenda ignorar que fueron los profesores normalistas, desde los rurales hasta los urbanos, desde los de preescolar y primaria, hasta los de secundaria y prepa los que le han dado al país el perfil de lo que es hoy.
Los grandes educadores eméritos han puesto el grito en el cielo protestando contra la opinión de esa señora a la que no le ponen el aparejo nomás porque no le queda.
Lo que debemos hacer los normalistas es poner las suficientes piedras para cubrir su tumba política, para que caiga pero ya. Una gente de esas es peligrosa porque los tontos con iniciativa y guasanga, no le hacen bien ni a ellos, menos a los demás.
No cabe dudad de que lo feo del alma se refleja en la cara de las personas, si ustedes la ven en tele o en el periódico, mejor cierren los ojos porque parece que Dios no siempre es a todo dar, de repente crea monstruos como esa señora abandonada ya por 2 maridos.
Olac Fuentes Molinar, ex funcionario de la SEP y de la UPN, dice que pretender desaparecer las normales es un desvarío y que surge de la falta de respeto de doña Perpetua a los maestros. Dice que la educación básica enfrenta sus horas más negras (en La Jornada del 26 de agosto del 2008, p. 36).
Reitera que las normales son un patrimonio de la educación mexicana, ya que acercan al estudiante y a la escuela a la realidad de la región donde se labora; son una tradición nacionalista y liberal que hay que reforzar.
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