lunes, 1 de diciembre de 2008

Siete años del Museo Interactivo Eureka en la Normal de Tiripetío



Hace siete años inició en la Escuela Normal Rural “Vasco de Quiroga” de Tiripetío, el Museo Interactivo Eureka, donde por medio de modelos elaborados manualmente, se involucra a estudiantes de preescolar, primaria y secundaria, así como de nivel especial, en la actividad científica. Participan en el proyecto alumnos de la rural de Michoacán interesados en esta labor, aunque actualmente lo hacen los de tercer grado.

María de Lourdes Chávez Villa, encargada del museo, indicó que éste surgió por iniciativa propia de maestros, con respaldo de los normalistas. “En el plan de estudios anterior se llevaba a cabo una materia, Creatividad y Desarrollo Científico, ahí se veía la didáctica de todas las ciencias, y luego se inició con modelos pequeños; empezamos con 12 hace ocho años, y un año después ya le pusimos el nombre de Eureka”.

Como carecían de recursos económicos, entre profesores y estudiantes construyen los prototipos, poniendo madera, papel, alambres, metales, plásticos y otros implementos necesarios. Algunos de los modelos son un iglú que a base de plástico deben edificar los visitantes, y el “péndulo desobediente”, con dos imanes de la misma carga energética, lo cual hace imposible mantenerlo quieto en algún sitio.
Hay laberintos matemáticos, con números y trazos para formar cifras; dos pares de manos metálicas, que al poner las manos humanas mueven una especie de multímetro, aunque si se usan, por ejemplo, sólo las manos izquierdas, no hay movimiento por ser de iguales cargas. Destaca también la construcción del “aparato urinario”, donde se reconstruyen los riñones, la vejiga, y se muestra, de manera sencilla, cómo sale la orina del cuerpo humano.
Otro instrumento es un mecanismo que a través de focos led y un sistema eléctrico, se descubre las partes de una célula, las cuales al presionar un botón con el nombre de cada una (núcleo, lisosomas, mitocondria, nucleolo o centriologo, por citas algunas), se encienden los foquitos según su ubicación. 
Para los más pequeños, se encuentra un rompecabezas de la república mexicana, con las piezas de cada entidad federativa, así como un pulsímetro que por medio de pasar un objeto metálico manejado con las manos por un pequeño espacio, se trata de evitar tocarlo, pues al hacerlo se activa un sonido; y se muestra cómo se encuentra el pulso. Uno más es la “Jaula invisible”, con un dibujo en madera de forma ovalada de un perico y al reverso de una jaula, y que al darle vueltas se queda en la vista la imagen del ave encarcelada.
Ésos son parte de los métodos que se pueden encontrar en el Museo Interactivo en la Normal de Tiripetío, tenencia perteneciente al municipio de Morelia, y que se presentaron el pasado 19 de noviembre en el Campamento Estatal Cultural-Pedagógico de la Sección XVIII del SNTE en la Plaza “Benito Juárez” de la capital michoacana, donde recibieron la visita de alumnos de la primaria “Mariano Matamoros”, y del Jardín de Niños “Filomeno Mata”, Turno Vespertino.
“Lo que queremos dejar en los niños es incentivarlos a que puedan ellos, con estos elementos, generar conocimiento científico; es difícil que aprendan una serie de conceptos científicos, entonces encontramos que ésta es la forma más sencilla y que poco a poco ellos se vayan interesando en la ciencia”, explicó Chávez Villa.
Pero también los normalistas se ven beneficiados, y agregó: “La idea principal es que ellos implementen una serie de estrategias didácticas que les puedan servir para cuando trabajen en escuelas de primaria; de hecho todos los modelos pueden hacerse a pequeña escala, y las réplicas las pueden hacer alumnos de primaria, sustituyendo materiales”.
Respecto al nombre del museo (Eureka o lo encontré), alude a la palabra pronunciada por Arquímedes tras descubrir, mientras se encontraba en la bañera, que la densidad de cualquier cuerpo puede ser calculada midiendo el volumen de agua desplazada cuando el cuerpo es sumergido en agua, conocido como el Principio de Arquímedes. 
“Y así como Arquímedes encontró la respuesta a un problema, la Escuela Rural encontró una forma de promover la construcción del conocimiento científico. Difundir estrategias didácticas que permitan articular el aprendizaje con la acción y el juego para los niños. Incentivar el desarrollo del pensamiento creativo de niños y jóvenes”, se puede leer en un mensaje elaborado por los normalistas.
Los días de visita en las instalaciones de ese plantel en Tiripetío, donde funcionan cinco diferentes salas, son martes y jueves, de 9 de la mañana a 12:30 horas. Para las guías no hay ruta fija, pues hay estudiantes para cada modelo, y a donde lleguen los niños o adolescentes, encontraran la explicación correspondiente, casi de manera personalizada. 
Tras ver los diferentes experimentos o mecanismos, dan un espacio de media hora para que los visitantes coman los alimentos que trajeron, para posteriormente hacer ejercicios de activación física en el área respectiva de la Normal Rural, y al final, como despedida, se “activa” un pequeño volcán que despide fuego y pequeñas piedras ardientes que simulan lava.
Para la atención de las escuelas del nivel básico, deben solicitar una cita al teléfono (443) 3-44-43-68, y preguntar por la maestra María de Lourdes Chávez Villa, o el profesor Raúl Aguilar Damián.
Así mismo, en la exposición que montaron en el campamento magisterial, presentaron el proyecto de crianza de animales domésticos, en este caso sólo el de conejos, aunque también tienen de borregos y de puercos, que sirven básicamente para el consumo de la comunidad normalista, y en pequeña escala a la venta al público.

Brenda Chávez Arroyo, una de las personas encargadas de la materia de atención a los animales y de las acciones para el campo en la Normal “Vasco de Quiroga”, resaltó que la intención de enseñarles estas materias a los estudiantes “es porque la actividad rural está en todos lados, si no, no va a haber comida en el mundo”. 
Precisó que no pretenden formar médicos veterinarios, pero sí formar alumnos con conocimientos básicos en el caso de las siembras, en los partos de animales, y su manera de cuidarlos. “No podemos sacar maestros con puras computadoras, si no se saca a un maestro que sepa ayudar a sus alumnos y a sus padres, porque en muchos lugares no tienen apoyo más que del maestro, y si los maestros saben emprender un proyecto rural, van a evitar que hasta los padres de familia se vayan a Estados Unidos a mal ganar dinero”, subrayó.

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