viernes, 1 de mayo de 2009

La mafia nayarita

José de Jesús Valdovinos Capistran

Al general Godoy cuando estudió su maestría en la universidad policial, las mejores materias que llevó y aprendió muy bien, tan bien que no las ha olvidado en su ya dilatado paso por la política, fueron dos cosas: la primera fue decir no, no, no, ante las peticiones, y la segunda, yo mando, yo mando, yo mando y si me equivoco vuelvo a mandar.

Ha caído en el garlito de las alabanzas de los peristas y los sosistas, que le han sorbido el seso diciéndole y él creyéndoles, que tienen, el par de malandrines, algún reconocimiento entre la inmensa mayoría de los profesores de Michoacán.
Fíjense que de repente los capos de Nayarit, en contubernio con los chilangos, se han hecho del poder en Michoacán, apoyados por el disimulo de otros paisanos, incrustados en puestos de mandos medios, para que los protejan como sus confidentes y esquiroles.
El jefe de jefes, un tal Juan Pérez, es el mero mero, el pistolero en turno de la reina Sangrona, el encargado de soltar tiros de billetes con la AK 47, por eso dispone del presupuesto oficial, para comprar voluntades de los del campo enemigo, que luego no falta quien se venda.    
Tiene dos salidas con la mafia nayarita y aliancista en educación: o los sigue mandando a que anden de Herodes a Pilatos, a que se luzcan entregando, como si fuera dinero de su bolsa, parte del presupuesto, que es de todos y para todos, por ser federal, a las escuelas que le siguen el juego, que los mande a ranchear, que los traiga fuera de Morelia, en los lugares más apartados, al fin que hay en el estado suficientes municipios ganados por el PRD, con los votos de la Sección XVIII como muy importantes, en toda la geografía michoacana.
Y también hay infinidad de escuelas que tienen necesidad y si le mandan al pistolero  Pérez o Aída Sagrero, qué bien, hasta se lucen diciendo, aquí estuvo la secretaria de educación, la más torpe de la casa, y su séquito de lamezapatos dirigidos por el cirquero hermano del malvado chocorrol.
Luego lo de UPN Morelia que ya tiene, igual que la SEP, tomadas desde hace un año, sin solución a la vista.
Ya sabe Pérez, porque fue testigo, que a los trabajadores de base nunca les va a ganar, si no que recuerde el caso de UPN Zamora, en 98, en que después de un año y con su ayuda cuando era decente y secretario general de la sección XVIII, en que corrimos a uno de los micifuces chuckistas de la región.  
En UPN los trabajadores de base, ante la avalancha que Rogelio Sosa dejó de perredisas, a los que incrustó como comisionados, porque que no los quieren en ninguna parte decente, allí los metió a que le dieran votos, como en Zamora, para llevar agua a su molino e imponer un títere a su gusto en la dirección, pasando sobre los derechos de los dictaminados, que ya ganaron un concurso por oposición y de los de base que ya la tienen, en premio a su constancia y según el reglamento.
Ya hasta el jefe del Departamento de Unidades UPN en el estado, y la de Formación de Docentes, renunciaron porque no están de acuerdo en cómo se manejan, en el chiquero en que tiene convertida la Subsecretaría de Educación Media Superior y Superior, las cosas por el chilango esquirol Sosa, que alguna vez pretendió encabezar la Sección XVIII y cuando no los dejaron a él y a su escudero Matías, se hicieron los ofendidos y se salieron a jondear gatos de la cola. 
Ahora que tienen el poder lo están disfrutando a su gusto con todas las ganas del mundo, teniendo un caos generalizado en educación.
Hasta cuándo, señor gobernador, si es que hay gobernador o la mafia perista y nayarita lo han copado, va a darle solución a lo de secretaría, a lo de UPN Morelia y a lo del sindicatito que la mafia nayarita quiere formar, o al menos hizo la faramalla de eso.

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